Así como la salud física y mental, la salud financiera es un ámbito de nuestra vida a la que debemos de prestarle atención y adoptar buenas prácticas.
Como hablar de dinero sigue siendo un poco tabú en nuestra sociedad, es difícil que las personas realmente se sinceren por lo que están pasando o cómo manejan sus finanzas.
Gran cantidad de personas sienten que tienen sus finanzas bajo control, por el hecho de que viven cómodamente, están en capacidad de pagar sus obligaciones actuales, llegan al final de la quincena o les sobran un par de reales.
La realidad es que las finanzas sanas es mucho más que eso, y muchos no se dan cuenta hasta que pasa el tiempo y viene algún golpe, es cuando todo aquello que parecía estar bajo control ya no lo está.
La salud financiera es cuando tenemos el control de nuestro dinero, estamos preparados para imprevistos, planificamos alrededor de nuestro patrimonio y gestionamos nuestros recursos para el futuro.
Durante las sesiones que hemos tenido con algunos clientes, para evaluar decisiones específicas, nos detenemos primero a revisar sus bases financieras.
Cuando empezamos a ahondar un poco, nos encontramos con que la persona está bien encaminada, sin embargo, deben de realizar algunos ajustes para su salud financiera.
Oportunidades como: no incluyen dentro de su presupuesto gastos básicos como gasolina, no llevan un registro de sus gastos y no lo comparan contra su presupuesto, su presupuesto no refleja sus prioridades, no conocen el funcionamiento de las tarjetas de crédito, no tienen en su radar el ahorro, tienen deudas altas que podrían convertirse en su contra sin un plan para cancelarlas, y otras más.
En nuestras sesiones individuales hemos aprendido mucho de cada situación y compartido algunas otras buenas prácticas, cambios en hábitos de gastos, y docencia para que nuestros clientes realmente vean su dinero de una forma positiva y puedan tomar el control de sus finanzas.
Hazte preguntas como:
¿Gastos menos de lo que ganas?
¿Cómo es tu hábito de ahorro?
¿Si mañana pasa *inserte imprevisto* cómo reaccionarías?
¿Tu deuda es sostenible?
¿Cómo te manejas con tus tarjetas de crédito?
¿Tu presupuesto refleja todas tus prioridades?
¿Ajustas tu presupuesto periódicamente a medida que tus prioridades cambian?
¿Cómo o en qué inviertes tu dinero?
Algunas de las acciones que puedes tomar para trabajar en tu salud financiera son:
- Conocer y priorizar tus gastos
- Diferenciar el lo quiero vs. lo necesito
- Entender sus instrumentos de deuda y crédito
- Darle prioridad al ahorro con propósito
- Asesorarse con profesionales
No esperes que llegue un mal momento para buscar asesoría, unas finanzas sanas se logran con medición y acciones preventivas, no reactivas. Date la oportunidad de mejorar tus hábitos y de tener tranquilidad financiera.